Talento guatemalteco brilla: Estudiante de FACOM gana el WIPO Photography Prize for Indigenous Youth 2024
Conoce a Ajpu Nicho, diseñador gráfico y fotógrafo maya kaqchikel, quien ganó el WIPO Photography Prize 2024 con una imagen que celebra la conexión ancestral y la identidad indígena.
Ajpu Nicho es un diseñador gráfico y fotógrafo maya kaqchikel de Guatemala. Es un activo defensor de la representación y autodeterminación de los pueblos indígenas.
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El artista gráfico enfoca su trabajo fotográfico en la preservación y celebración de la identidad y lengua maya, desafiando estereotipos y promoviendo los derechos de su comunidad.
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Ajpu Nicho también es estudiante de la Licenciatura en Comunicación y Diseño de la Facultad de Ciencias de la Comunicación (FACOM) de la Universidad Galileo.
Recientemente en el WIPO Photography Prize for Indigenous Youth 2024, certamen en el cual concursaron más de 400 fotógrafos de todo el mundo, Ajpu ganó el primer lugar con su obra titulada «Qaxe’el».
Esta imagen retrata a una mujer maya bajo las ramas de un árbol de Tz’ite, el cual simboliza la profunda conexión entre el pueblo maya y la naturaleza. El Tz’ite recuerda a los mayas la sabiduría de sus ancestros y la importancia de sus raíces.
Conversamos con Ajpu Nicho acerca de su obra, su visión de la fotografía y su experiencia como estudiante de la Licenciatura en Comunicación y Diseño de la Universidad Galileo.
¿Cómo surgió la idea de tomar la fotografía ganadora?
Para el caso de «Qaxe’el», es curioso, ya que antes de ver el concurso de la World Intellectual Property Organization (WIPO), yo ya había hecho esa fotografía un mes antes más o menos. La mujer que aparece en la foto es mi tía, y ella también es artista, pero en el área de la pintura, especialmente en óleo.
Ella regresaba de un viaje a Venecia, donde participó en una bienal de arte junto con otros artistas de Guatemala. Mi tía, al estar allá, tuvo muchas solicitudes de entrevistas y le pedían fotos para acompañarlas, pero solo tenía imágenes tomadas con el teléfono por sus hijos.
Cuando regresó, me pidió ayuda con una sesión de fotos para sus entrevistas. Así que fuimos a un terreno en Comalapa, de donde soy originario, e hicimos una serie de fotos. Una de esas imágenes terminó siendo la ganadora del concurso, aunque en ese momento aún no sabía que existía la convocatoria.
¿Cuál fue el tema que abordaste?
El concurso trató acerca de pueblos indígenas y modos de sanación. Pensé que mi foto encajaba porque representaba visualmente la conexión entre la persona y la naturaleza. En la imagen, la cabeza de mi tía y las ramas que se expanden hacia el cielo simbolizan nuestras raíces y crecimiento.
Además, el árbol en la foto es un Tz’ite’, una especie muy importante en la cultura maya kaqchikel. Sus frutos rojos se usan en rituales espirituales para hacer conteos ancestrales y están relacionados con la sanación.
Justifiqué mi fotografía con esta interpretación, viendo en ella una representación de la memoria histórica, la salud y nuestra conexión con los ancestros.
Lo curioso es que cuando tomé la foto, el árbol había perdido sus hojas, lo que reforzaba su mensaje de renacimiento y transformación. Algunas personas me han dicho que si el árbol hubiese estado frondoso, la imagen habría transmitido un mensaje diferente.
¿Cómo te sientes de haber obtenido ese reconocimiento internacional?
Obviamente, felicidad y emoción, pero creo que lo más importante es mostrar nuestro arte al mundo. No se trata de caer en nacionalismos, sino de demostrar que hay fotógrafos mayas que están explorando el arte con su propia visión.
En Guatemala hay fotógrafos muy reconocidos, como Iván Castro, pero lo que buscamos es contar nuestras propias historias desde una narrativa propia. Este premio representa una puerta abierta para que más fotógrafos mayas lleven su arte a otras partes del mundo y vean que sus obras pueden trascender.
También quise evitar los estereotipos. Muchas veces, la fotografía de pueblos indígenas cae en representar pobreza o condiciones marginales. Yo quería mostrar algo distinto, alejado del folclorismo y la exotización de nuestras comunidades.
Además de la fotografía, ¿a qué más te dedicas?
Me dedico principalmente al diseño gráfico. Estoy en el último año de la Licenciatura en Comunicación y Diseño en la Universidad Galileo, aunque he trabajado en este campo durante varios años. El diseño gráfico es muy versátil y se adapta a distintos temas.
He trabajado en proyectos de memoria histórica y recientemente en temas de VIH. Todo lo que aprendo en estas experiencias lo llevo a mi arte. Tengo planes de abrir un estudio de diseño y fotografía en el futuro.

¿Cómo ha influido tu formación en Universidad Galileo en tu visión artística?
En la Facultad de Ciencias de la Comunicación tuve clases con el Lic. Arnulfo Guzmán, quien me hizo ver la fotografía desde otra perspectiva. Antes de la universidad, estudié cinematografía, pero el enfoque era más técnico.
Con el Lic. Arnulfo Guzmán aprendí a preguntarme qué quiero transmitir con mis imágenes. No se trataba solo de la técnica, sino del contenido y significado detrás de cada foto. Eso cambió mi manera de trabajar y me ayudó a definir un objetivo claro para mi fotografía.
¿Te gustaría que más personas participaran en estos certámenes?
¡Definitivamente! Animo a todos a que exploren su creatividad y participen. WIPO lanzará otra edición del concurso y creo que en Guatemala hay muchísimo talento y muchas historias por contar. Espero que más fotógrafos mayas se animen a mostrar su arte al mundo.
Si estás interesado en conocer más acerca de esta carrera de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, ingresa aquí: Licenciatura en Comunicación y Diseño.
Texto: GES Comunicación Digital/David Lepe