Lenguaje no Verbal
En el año de 1872 Charles Darwin publicó un libro sobre las expresiones faciales, llamado Las expresiones de las emociones en hombres y los animales. Darwin indicó que las expresiones faciales de emociones son universales entre la raza humana y que no tienen una raíz cultural especifica.En el año de 1872 Charles Darwin publicó un libro sobre las expresiones faciales, llamado Las expresiones de las emociones en hombres y los animales. Darwin indicó que las expresiones faciales de emociones son universales entre la raza humana y que no tienen una raíz cultural especifica. Las investigaciones actuales indican que, en general, Darwin estaba en lo correcto. Esencialmente, las expresiones faciales de felicidad, tristeza, cólera, repudio y miedo son casi idénticos en todo el mundo. Cada uno de nosotros aprende, por supuesto, todas esas distintas expresiones faciales mientras crece. En la sociedad hay ciertas reglas que estipulan cuál es el comportamiento apropiado entre individuos, como sucede con el respeto a las figuras autoritarias o las emociones y las personas con las que puedes exhibir tus emociones en diferentes circunstancias. Cada uno de nosotros intenta exhibir comportamientos apropiados. Como hemos aprendido a través de este capítulo, las reglas de comportamiento no siempre se siguen. Aunque sepamos lo que debemos hacer, a menudo no lo hacemos.
Las expresiones faciales de la emoción son involuntarias y se demuestran casi al momento en que la emoción ocurre. Hay que tener en mente que existen diferencias culturales en las expresiones faciales; como hemos mencionado anteriormente, por ejemplo, la conducta de la negación es diferente de un continente a otro, como lo es hacer negocios en Asia o en América. Los malentendidos en la comunicación entre diversas culturas ocurren como resultado de una falta de conocimiento de las diferencias en las reglas para mostrar las emociones. Sin embargo, en general estos movimientos han sido ritualizados. Para evitar malentendidos, es fundamental poner atención al lenguaje corporal de los otros individuos.
Hay un refrán muy popular en los Estados Unidos que dice: “No creas nada de lo que oigas o leas… y solamente cree la mitad de lo que veas.” Creo que ésas eran las palabras de uno de mis autores americanos preferidos, Mark Twain, pero podría estar equivocado; por lo tanto, prefiero darles otro refrán que sí es de Mark Twain que dice así: “si dices la verdad, no tienes que memorizar ninguna mentira”. A Mark Twain lo considero el mentiroso más excepcional nunca antes visto. Digo esto como un elogio. Si nunca has tenido la oportunidad de leer a Mark Twain, por favor hazlo, te aseguro que no te decepcionará. Bueno, volvamos a trabajar. El lenguaje corporal es una herramienta de gran alcance para validar lo que tienes que decir. Tú puedes decir una frase muy significativa, pero si esta carece expresión, nadie la creerá. Tus expresiones son las que dan el significado a las palabras; la expresión es la que se encarga de enviar el mensaje completo a la persona con quien estás tratando de comunicarte. Los seres humanos somos criaturas sociales, y comenzamos a intercambiar señales de comunicación no verbales incluso antes de comenzar a hablar. La presencia de otra persona marca el principio de la comunicación. Es casi imposible no ser comunicativo al estar entre otras personas. Como lo mencioné anteriormente, el silencio puede ser uno de los medios de mayor alcance en la comunicación. Tú podrías aprender a manipular las señales no verbales para impresionar a otros con el mensaje que estás tratando de divulgar. La vestimenta apropiada también puede asistirte en la transmisión eficaz de tus argumentos. La ropa se debe utilizar para realzar un propósito, pero no para ser el centro de atención.
Leí una vez un artículo acerca de una mujer y su marido. Ellos estaban sentados en un restaurante. La mujer había estado estudiando un curso sobre lenguaje corporal y, después de pensar en el tema, había decidido hacer un pequeño juego para probar sus nuevos conocimientos. Había otra pareja sentada cerca de ellos y, por mero entretenimiento, decidió reflejar el comportamiento de la otra mujer. Bien, después de cerca de veinte minutos la otra mujer caminó a donde estaba la pareja y les dijo: “Disculpen, pero podría jurar que los conocemos… ”.
Siempre he encontrado interesante que algunas de las cosas más básicas de la vida no son enseñadas en escuela. Cosas como comprar una casa, manejar una cuenta corriente o una negociación simple. Lo mismo sucede con el lenguaje corporal. El lenguaje corporal es algo que rara vez se enseña en la escuela. Los humanos, al crecer dentro de una sociedad, aprendemos el lenguaje corporal en gran parte observando a otras personas de nuestra cultura e imitándolas. Murmurando o gritando conseguimos la atención de las personas con eficacia, mucho más que hablando con un tono de voz normal; los niños, por ejemplo, aprenden esto a muy temprana edad. Cada uno de nosotros sigue un sistema de reglas definidas por nuestra cultura.
En los Estados Unidos nuestra cultura desalienta el tocarse entre los adultos, excepto en el saludo formal o en la intimidad. Por ejemplo, si un hombre besa a otro hombre este será etiquetado como un homosexual y serán criticados por la sociedad. Tal cosa no sucede en la Argentina, donde es común saludar de beso entre hombres. Asimismo, la manera en que arreglamos situaciones de negocios en los Estados Unidos varía mucho de la de otras culturas. Por ejemplo, en los Estados Unidos es común que el jefe de una compañía tenga su propia oficina.
En cambio, en Japón es común ver al jefe sentado en la cabecera de una mesa y trabajando con sus empleados. Las diferencias culturales se exhiben, entonces, tanto en el lenguaje corporal como en otras situaciones aparentemente frívolas.
La manera en la que manejamos nuestro tiempo depende en gran parte de la cultura en la que vivimos. En los Estados Unidos, la hora a la que una persona llega a una reunión depende en gran parte de la relación que haya entre las dos personas. Se espera que la persona con un estado socioeconómico más bajo o, como decimos en los Estados Unidos, la persona que está “más abajo en la cadena alimenticia” llegue a tiempo o incluso más temprano de la hora acordada. La persona “más arriba en la cadena alimenticia” o la persona con un estado socioeconómico más elevado se puede dar el lujo de que los otros esperen en caso de que esté retrasado.
Los médicos de los Estados Unidos son un ejemplo que ilustra muy bien esta clase de comportamiento, pues suelen hacer esperar a sus pacientes. Otra cuestión relacionada con este tema es qué tan tarde está permitido llegar en cada cultura. Una vez asistí a una fiesta de 15 años en México. La fiesta estaba programada para comenzar a las 9 de la noche y, como sé que los latinos siempre llegan tarde, decidí llegar a las once; aún así fui el primero en llegar. Dependiendo del lugar donde hayas crecido, podrías tener conocimiento de diversos tipos de lenguaje corporal. En mi caso, a mí me criaron en una pequeña ciudad en California situada a algunas millas de la frontera de México. Las drogas, el crimen y la actividad de pandillas era parte de mi vida diaria. En mi adolescencia, fui golpeado en varias ocasiones sólo por hacer contacto visual con el jefe de alguna de las pandillas.
Varias investigaciones indican que cuando una persona mantiene su vista fija en otra, está ejerciendo un tipo de dominación. Intenta experimentarlo: cuando camines por una calle saturada de peatones, trata de mirar fijamente a alguien. La primera persona que mire en dirección opuesta pierde. Los ojos son comunicadores de gran alcance. Podríamos decir, incluso, que a veces son de más alcance que las palabras.
Ahora quiero contarles una anécdota familiar. Mi padre y yo éramos muy apegados. Vengo de una familia numerosa, y él y yo teníamos una relación diferente a la que él tenía con mis hermanos y hermanas. Yo lo entendía y él me entendía. Recuerdo cuando él falleció. Durante esos días no teníamos mucho que decirnos mutuamente; supongo que era porque ya habíamos dicho todo lo que necesitábamos decir. La vez última que vi a mi padre le di un beso en la cabeza y le dije que lo vería en el infierno. Nuestros ojos se encontraron. Comunicamos todo. Reímos y salí del cuarto. Esa misma tarde tomé un vuelo rumbo a Hawaii. Recibí noticias de su muerte días más tarde. Sonreí.
Nuestros cuerpos son expresiones públicas de nuestras identidades y recordatorios privados de quiénes somos. En Estados Unidos tenemos un refrán que dice que la primera impresión que tenemos de una persona es siempre la última. La mayoría de las personas no tienen idea de cómo los perciben otras personas. Como individuos, no ven sus expresiones habituales y no tienen idea de si sus palabras son apoyadas por el tono de su voz y la postura de sus cuerpos. El lenguaje corporal puede indicar la condición de la relación entre un matrimonio, a diferencia de la que mantienen un novio y una novia. ¿El hombre y la mujer se quedan cerca cuando se abrazan o distancian sus cuerpos uno del otro? ¿Es el beso de partida largo y tierno, o parece haber en él un sentido de obligación? ¿Caminan juntos lado a lado o uno delante del otro? Todos estos detalles son claves en el desciframiento de las relaciones humanas.
En 1967, Desmond Morris escribió el libro El mono desnudo y, dos años más tarde, publicó otro titulado El zoológico humano; estas fueron mis lecturas de introducción al lenguaje corporal. Durante varios años leí estos libros una y otra vez. En El mono desnudo, Desmond Morris explica sus teorías desde un enfoque comparativo entre los seres humanos y los monos. Su libro El zoológico humano fue una continuación de su publicación anterior, y en éste analiza la conducta humana en las grandes sociedades modernas y su semejanza con el comportamiento animal en cautiverio, más específicamente en el zoológico. Muchas de las teorías de Morris explican argumentos sobre algunos elementos de la conducta humana que han sido atacados por ser juzgados como incorrectos o excesivamente simplistas. Encontré estos libros absolutamente entretenidos cuando los leí. La mayoría de los expertos en el tema estarán de acuerdo y le darán el crédito a Morris por la discusión que plantea acerca del comportamiento humano-animal.
Mi padre era veterinario. Durante años lo asistí de vez en cuando en el hospital veterinario. Durante ese tiempo aprendí que el lenguaje corporal de los animales es extremadamente importante de entender. Semejante a los seres humanos, la manera que un animal tiene para comunicarse con nosotros es a través de su cuerpo. Cada animal tiene un lenguaje corporal muy distinto. El aprendizaje del lenguaje de un animal cuando quiere estar solo, por ejemplo, tiene sus ventajas, especialmente cuando está en juego tu seguridad personal.
Las calles de la ciudad son un lugar ideal para observar el lenguaje corporal de los humanos, especialmente en el caso de los usuarios de teléfonos celulares. El lenguaje corporal de los usuarios de teléfonos celulares ha sido un asunto de discusión en estos últimos años. Algunas de las compañías de telefonía celular más grandes en el mundo han hecho estudios sobre el comportamiento de las personas que utilizan los teléfonos celulares en lugares públicos y, de esta manera, han podido encontrar dos comportamientos básicos. Ambos comportamientos se relacionan con lo que hemos discutido anteriormente en lo que se refiere al espacio personal. Una persona dominante intentará utilizar tanto espacio como le resulte posible y actuará como si estuviera desinteresado en lo que está pasando a su alrededor. El más reservado o introvertido tratará de buscar un espacio privado al lado de una pared en un hueco e intentará dirigir su asunto en privado.
Los usuarios del teléfono celular exhiben típicamente dos diversos estilos de movimiento de ojos. Primero, están las personas cuyos ojos se están moviendo por todas partes y, al contrario de éstos, hay aquellos usuarios que miran fijamente al espacio con el fin de visualizar a la persona con la que están hablando. Algunas personas utilizan sus ojos más que sus palabras para acentuar un aspecto importante en la charla. Un buen ejemplo que podría mencionar es el caso de mi asistente Natalia. Ella tiene una manera muy buena de decirme si estoy teniendo una buena o mala idea. Había pasado una semana en la que yo había estado preparando un discurso. Al comenzar a leerlo ella me miró fijamente sin decir una palabra. Después de que leí la segunda página tomé los papeles, los hice bola y los tiré a la basura. Su método de señalar mis malas ideas es de gran alcance. Hoy en día ella recita de vez en cuando las primeras palabras de ese discurso y después estalla en risas como un recordatorio severo de lo mal escrito que estuvo ese discurso.
Intenta, en alguna ocasión, usar tus ojos y no tus palabras y mira los resultados. Lo que proyectas con la mirada puede decir mucho sobre lo que piensas. He pasado un poco de tiempo en México y me he percatado de que las mujeres mexicanas a menudo caminan por la calle haciendo alarde de su sexualidad. Aparentemente, no son conscientes de lo que están haciendo y de lo que hacen sentir a los hombres que están alrededor de ellas. Sin embargo, lo que pasa con estas mujeres es que, al mismo tiempo, son inalcanzables. Su lenguaje corporal dice una cosa, pero el mensaje que recibes cuando te acercas es totalmente contrario a lo que proyecta. La razón por la que esto sucede es que, en algunas áreas de América Latina, hay ciertas reglas no escritas que uno debe seguir. Como resultado de esto, las mujeres allí se sienten seguras al exhibir este tipo de comportamiento. La impresión que la mujer latina en México crea para los extranjeros produce confusión en la mente. Por un lado te dicen “mira que buen espécimen soy” y de manera verbal te dicen “lo siento, pero no soy fácil”. Otras expresiones son universales. Una de las maneras más simples de crear una buena impresión es demostrar un interés en cada persona que se conoce. Demostrar un interés personal crea una impresión favorable de uno mismo. Comprender el significado del lenguaje corporal de una persona es mas fácil para algunos y más difícil para otras, pero el agradecimiento obtenido de sentir que se es importante para otra persona es, sin duda, universal.
Lenguaje corporal mal interpretado
Estuve casado con una mujer maravillosa por casi 15 años. Ella es algo reservada y no es muy expresiva en su lenguaje corporal. A menudo, en situaciones sociales su lenguaje corporal era malinterpretado por otras personas, pues la percibían como una mujer que proyectaba un aspecto de superioridad y a quien no le importaba lo que las personas opinaran de ella. La realidad, sin embargo, es todo lo opuesto. La verdad es que ella es una persona muy sensible y le importan mucho las opiniones de las demás personas. Para ella a veces era difícil entender el lenguaje corporal de las personas. Recuerdo una ocasión en la que atendíamos juntos a unas clases por la mañana, en un instituto de enseñanza superior.
Esa mañana en particular nos detuvimos en la cafetería para comer algo rápido. El lugar estaba saturado de estudiantes que tenían prisa por tomar su desayuno antes de asistir a clases. Estuvimos esperando en una larga fila hasta que llegó nuestro turno de ordenar la comida. La mujer que tomó nuestra orden era también la persona que cocinaba, ella era una mujer de raza negra. El sudor bajaba por su frente como resultado del arduo trabajo que implicaba preparar alimentos y asistir a los clientes en tan poco tiempo. Su lenguaje corporal era claro y preciso diciendo “hagan su orden simple y rápida”. Y eso fue lo que hice, desayuno número uno de la combinación. Mi esposa, por otra parte, ignoró por completo el lenguaje corporal de la mujer. Ella pidió algo que no estaba en el menú de combos rápidos: un huevo escalfado. La mujer puso las manos en las caderas y, con un tono de voz dulce, le dijo: “¿un minuto, o dos?”. Todos en la cafetería excepto mi esposa entendieron el sarcasmo de la cocinera, y comenzaron a reírse. Mi esposa dijo cortésmente “un minuto, por favor”, totalmente inconsciente de lo que acababa de ocurrir.
A todos nos sucede, algunas veces, que entendemos mal el lenguaje corporal de las personas. Hay ocasiones en los que esta mala interpretación puede ser incluso peligrosa. Ponape es la isla principal en un grupo de islas de Caroline. En un mapa del globo, Ponape puede ser ubicado en línea recta al norte de la costa de Australia y al este apenas, levemente sobre el ecuador en Micronesia. La isla está rodeada por una barrera de arrecifes donde se pueden ver las ruinas de cargueros.
El día era violento. El viento soplaba cerca a 25 nudos con terribles chubascos. La entrada al puerto era una de las más difíciles que había tratado de hacer. Mi barco de vela llamado ISIS, de 15 metros, estaba inclinado mientras nos acercábamos a la entrada. Mi esposa, que era también mi navegante, estaba en la parte posterior del barco utilizando el compás y trazando el curso de navegación mientras yo navegaba el barco en contra de las fuertes olas que azotaban al barco por todas partes. Mis ayudantes en el barco no hablaban inglés, así que nos comunicábamos a señas. Ambos se llamaban “José”, lo que hacía las cosas aún más complicadas. José uno estaba en el arco y José dos estaba encima del mástil, ambos con encomiendas asignadas para alertarnos de los peligros. Me vi obligado a navegar el barco por un canal muy estrecho hacia la parte más difícil, y había poco espacio para errores.
Después de una hora, logramos atravesar y entramos en la boca del río hacia el ancladero. La mezcla entre el agua dulce del río y el agua salada del océano hizo difícil la entrada al ancladero donde necesitábamos amarrar el barco. Al acercarnos al ancladero, solté un suspiro de alivio. Podía ver a mi hermano Harry que saltaba arriba y abajo moviendo las manos frenéticamente; yo le respondí con una sonrisa. No vislumbré que él intentaba advertirme sobre el arrecife de gran filo al que me aproximaba a gran velocidad. Y eso fue exactamente lo que sucedió: golpeamos el arrecife, y lo golpeamos fuerte. El barco hizo tierra y paró en seco. Había leído mal el lenguaje corporal de mi hermano, completamente mal. El daño del barco era de menor importancia, e incluso terminamos siendo invitados a un banquete maravilloso dado ese día en nuestro honor.
Una revisión rápida del luenguaje corporal
Comenzaremos repasando gestos comunes y aprendiendo qué significan.
:::: Una persona segura de sí misma da una apariencia relajada. Las piernas sin cruzar, los movimientos faciales tranquilos y tiene un buen contacto visual pero no mantiene una mirada fija. No tiene miedo de apropiarse del espacio que está a su alrededor. Se sienta derecho, pero de una manera relajada y con sus hombros bien cuadrados en recto. Se inclina hacia la persona con la que está hablando, pero no demasiado. Otros hábitos pueden incluir la exhibición de las palmas de la mano abiertas, o las palmas hacia arriba. Puede desabrocharse el saco, en el caso de un hombre.
:::: La persona segura de sí misma y relajada mantiene sus manos lejos de su cara. Generalmente, los pies se mantienen separados. Mantendrá su cabeza hacia arriba. En un restaurante, bajará su bebida y la guardará al lado. Cuando está de pie, se colocará derecha y con buena postura.
:::: Una persona segura de sí misma no teme al contacto físico, pondrá su mano sobre el brazo de la otra persona para acentuar un punto. Utilizará cabeceos afirmativos durante la conversación para mostrar interés. Sus manos estarán ocasionalmente detrás de la cintura o, en el caso de un hombre, el pulgar estará en su cinturón.
:::: Una persona deshonesta típicamente tiene prisa y hace mínimo contacto visual. Además, a menudo exhibirá gestos de ansiedad, tales como un vistazo oblicuo o una mirada arrebatada, o quizás una mirada al piso. Observa los gestos de la cara, tales como el cubrirse la boca, el frotar de la nariz, rascar la cabeza. El comer frecuentemente, tener seca la garganta o los labios muy húmedos pueden ser síntomas de engaño. Busca también detalles que sí pueden ser controlados, tales como la sonrisa forzada, cambos entre el lenguaje corporal abierto y el lenguaje corporal defensivo. Cambios de temperamento, ya sea estar sobresaltado o sobreactuar. Una expresión de estar a la expectativa, las piernas o los brazos cruzados pueden proporcionarte otras pistas.
:::: El aburrimiento y la indiferencia se demuestran por gestos tales como el bostezo o la cara apoyada sobre la mano.
:::: Una persona aburrida mira hacia todas partes, pero muy poco hacia la persona que está hablando. Una persona aburrida se muestra inquieta, mirará su reloj o el reloj en la pared constantemente. Estará en constante movimiento; en el caso de las mujeres, moverá los pies. Una persona que está aburrida repetirá a menudo acciones como golpear ligeramente sus pies. La mirada hacia la salida es a menudo una muestra clara del aburrimiento. Exhibirán, a veces, una cara en blanco.
(Fuente lenguajenoverbal.com)